sâmbătă, 5 ianuarie 2013

Decía mi madre que un tonto hace un ciento.


Este fin de semana ha venido a visitarme jotaele con un amigo. Queríamos ver la Degustación de Titus Andrónicus (que nos encantó en su montaje burgense_lleno_a_reventar) y luego salimos a tomar unas copas. Jotaele es un tipo muy 2.0. Quiero decir que está apuntado a cientos de redes sociales (algunas de lo más absurdo) y se pasa el día subiendo fotos, chequeando puestos y haciendo no sé qué gilipolladas más con el iphone continuamente. Sin embargo, jotaele tampoco se lo toma en serio. Es un tío listo y sabe que, en realidad, los social media, como dicen las modernas, cada uno se las toma como quiere, y él se lo toma todo (o casi todo) en la vida a risa.

En lo que a mí respecta, las redes sociales me dan bastante de comer, y por eso me las tomo como algo profesional y, la verdad, en mi tiempo libre no las uso demasiado. De hecho, todos mis perfiles son profesionales y no tengo intención de crear perfiles paralelos, me da pereza. (Sí, sí, pereza. Es hora de reivindicar la pereza en esta sociedad de mierda que estamos creando).

El caso es que jotaele se trajo a un muchacho que había conocido en un curso, al que llamaremos Rufián. Y Rufián, que me cargó, se ha merecido este

Decálogo de normas del perfecto gilipollas 2.0:

1.º Salir de copas con el IPhone 4 es un coñazo. Es un artefacto demasiado grande, pesa demasiado y tenerlo de la mano todo el rato es una pedantería y un innecesario símbolo de ostentación. La gente más chic, hoy en día, no saca el móvil cuando va de marcha. Aunque si eres un desesperado de la vida, mejor sácalo, porque a última hora de la noche suele haber mucha borracha pululando por el Grindr.

2.º Si en un bar no hay wifi y no coges 3G no seas petarda y ni si te ocurra salir a la puerta del local para pillar red. Te pueden confudir con un apestado-fumador y eso no está de moda. Por favor.

3.º El hecho de gestionar un par de pages en Facebook de negocios locales (entre ellos un bar de ambiente) y un par de cuentas del Twitter de similar naturaleza no te convierte en un Community Manager. Créeme, chaval, que conozco a unos cuantos. Lo que pasa es que a todos no nos gusta alardear de amistades.

4.º El hecho de haber hecho un curso de dos semanas en la universidad privada de Gloria Fuertes sobre redes sociales tampoco te convierte en un Community Manager. Más bien, lo que te convierte, es en un panoli al que han sacado la pasta. Los mejores CM que conozco, los mejor pagados y aquellos que buscan las empresas (también he participado en procedimientos de selección, chaval) provienen de titulaciones superiores y, curiosamente, de las más clásicas (sociología, derecho, psicología y filología, por lo común en ese orden). Y a eso, si quieres, le sumas el curso de la Universidad Gloria Fuertes.

5.º Que tengas doscientos followers en Twitter no te convierte en ningún evangelizador, ni quiere decir que tu opinión importe. Yo sigo a mucha gente con la única intención de reírme (sí, sí, la gente es cruel).

6.º En efecto, las redes sociales son el futuro. Pero el futuro también es cruel. Y ese futuro está reservado a la gente que tiene preparación, no followers. Y la preparación para ser CM es, en realidad, toda tu preparación personal, tal como la muestras en la vida real. Nadie es más listo, más agradable, ni tiene mayor convicción social por el hecho de que no se le vea la cara.

7.º Defender los productos de una determinada marca (sea Apple, Starlux o la madre que lo parió) por sistema es una gilipollez, sobre todo cuando esa marca no te da de comer. Tener criterio propio está muy de moda esta temporada. Bueno, en realidad nunca ha dejado de estar de moda en una personalidad con carisma.

8.º Derivado de lo anterior: es absurdo vivir por encima de tus posibilidades. Gastarse 500 chapos en un IPad cuando cobras 1000 euros al mes es un solemne gilipollez. Y punto. Recuerda que todos los productos de consumo tienen un periodo de prueba de 15 días. Todavía creo que lo puedes devolver.

9.º Intenta que en la Universidad Privada de Gloria Fuertes te den un curso de oratoria y otro de ortografía. Hablar bien en público, hoy en día, es un must. Y también el escribir con corrección. De lo contrario, te pueden pasar cosas como esta:

10.º Nunca supongas que tu interlocutor es bobo, querido. Ni en la vida real ni en la vida virtual. A algunos no nos gusta sacar el IPhone cuando tomamos copas, ni hablar un sábado por la noche de nuestro trabajo, porque lo que nos gusta, en realidad, es hacernos los tontitos, descojonarnos por dentro y después despotricar en un humilde blog que aunque no lea mucha gente me sirve para mantener a raya mi humildad, esa gran virtud que, para algunos, se está convirtiendo en una gran desconocida.

Y ahora, te agrego al facebook y te follow en el twitter. !) RUFIÁN

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